HIPÓCRITAS
Y me van a disculpar pero hoy no puedo hablar de Argentina. No cuando el mundo se conmueve por el niño muerto en la playa y por la caminata hacia «tierras más amables» de los inmigrantes sirios. Es humano condolerse ante tales imágenes. Habría que ser un paria del afecto para no hacerlo, pero tras esas fotos e imágenes en los noticieros hay verdades ocultas que benefician a los poderosos. Citaré algunas de las causantes de este éxodo y genocidio en el Mediterraéneo, ya transformado en fosa común.
Estados Unidos jamás perdonará que le hayan tirado las Torres y todas las generaciones venideras del Medio Oriente lo pagarán. Tiene buenos socios: Arabia Saudita, Qatar, Israel, Turquía (con el perverso Ërdogan en el gobierno). Nada nuevo estoy diciendo. Pero analicemos lo escondido.
El plan es fragmentar ese territorio en la que Dios, Alá o Jehová -da igual- se olvidó de los pueblos (y que el Diablo festeja hasta cuando el ateísmo critica). Sí, dividir el territorio en pequeños estados étnicos o tribales fáciles de controlar. Y Al-Assad -quien nada tiene de santo pero sí de teocrático fundamentalista- es un obstáculo para destruir a los estados árabes y musulmanes.
Los socios en las sombras generan y estimulan las reacciones de grupos terroristas, incluso a costa de la muerte de ciudadanos occidentales, para tener el pretexto de realizar un contra-ataque estadounidense.
Sin embargo, no olvidemos que el Estado Islámico es hijo directo de USA, el MI6 británico y el Mossad. Basta con recordar cuando Reagan llamaba a Osama Bin Laden y seguidores «los guerreros de la libertad» para ratificarlo. Crean Frankeisnteins que ses les volverán en contra, lo cual tienen programado. Lo cierto es que ISIS es útil: hace el trabajo sucio de Obama.
La CIA envía armas, una ruta es Serbia-Croacia; las mismas llegan a Libia, desde ahí van a manos de los «moderados» sirios quienes las entregan a ISIS, el mejor soldado. Y no duden que armas chinas hace notar su presencia, no por las razones yankies sino porque la extrema producción de ellas impulsa a los asiáticos a vender sin que las ideologías importen, (aprendieron muy bien la mercadotecnia del grupo Bilderberg, el de las ciento treinta personas más ricas del planeta), motivo por el que la ONU y la OTAN dan vuelta la cara. Y debo mencionar los radares y misiles rusos que el Estado Islámico tiene en su poder.
Asumamos: los salvadores del norte y los del este mantienen relaciones carnales. Algo así como jugar «a la cambiadita»: por un ratito la ponés vos, después me toca a mí. Rusia, Francia y Alemania harán la parodia de invadir Siria para participar del reparto. Petróleo, gas natural, fosfato, asfalto, sal, algo de carbón, mineral de hierro, cobre, plomo, estarán a disposición de tales garras. Lo llaman «crowfunding», invierten algo para tomar todo.
En medio de este T.E.G. perverso el sufrimiento de sirios o iraníes, kurdos o chiítas, ni siquiera es «consecuencia» sino necesidad para que el desmantelamiento se cumpla. Está debidamente contemplado en este método deductivo de lo atroz. Su nombre es «hipótesis ad-hoc». Y no duden que estará cuantificado en el «margen de error». Es que esas personas son, para ellos, un error de la naturaleza. Vuelve a cumplirse la teoría malthusiana de terminar con «los descartables» por medio de guerras o dejándolos morir de hambre, a fin de proteger los valores de la sociedad occidental y cristiana, con la que establisment árabe se enriquece.
Hoy nos compadecemos y Ellos harán discursos impactantes sobre la libertad. Si hasta la Merkel debió cambiar su actitud dura con respecto a la entrada de los desechados y mostrar una imagen más benefactora porque el planeta se lo reclamó. Así, mientras los caminantes entran felices y el mundo festeja, el poder de las élites encuentra en el dolor el pretexto para aniquilar al Medio Oriente.
¿Y qué podemos hacer los pueblos para que esto cambie? Difícil respuesta. Lo primero es abrir puertas a los que sufren. Lo segundo es lo fundamental: reflexionar para ser masa crítica; no dejarnos engañar y creer que sólo con emocionarse por el niño muerto en aquella playa (al que mis brazos -con ganas de ser abuelos- hubieran querido proteger) o por la visión de miles caminando hacia un destino humanizado alcanza. No, también nos manipulan con la sensibilidad para apoderarse de lo que necesitan. La meta es CONTROLAR. Hoy es a Siria y a sus iguales, antes a África y a América. Luego terminarán con este ciclo para volver a recomenzar.
En medio de tales jugadas de ajedrez olímpico ¿qué somos nosotros? Idiotas útiles, los siervos sumisos que los 130 necesitan.
Mientras el capitalismo salvaje se disfraza de religiones e ideologías, EL MUNDO ESTÁ HERIDO DE MUERTE.
Bárbara Benitez.